Imagina que no tienes un turno fijo en el trabajo, o que la gente viene y va por tu casa. ¿En qué momento haces yoga?, ¿y en qué lugar?
Estrategias:
Pon un cartelito en la puerta para reservar un momento y un espacio reservado para tu sesión de yoga.
Divide la sesión en momentos. Por ejemplo, puedes dedicar un momento a "preyoga", esto es, estiramientos de cuello y hombros, elevaciones de piernas, saludo al sol..., más tarde, no mucho después, a posturas de yoga. Y luego a la relajación. Pueden ser tres momentos separados, aunque no haya una pausa grande, pero lo justo para cambiar la lavadora, salir a por el pan, o gestionar unas llamadas.
Adáptate, ten preparado tu kit de yoga (esterilla, cojín, bloque de apoyo...) tan a mano como para disponer de ello en unos segundos, para cuando el resto de los habitantes de la casa deje espacio y tiempo libre.
Y por último: Si te estresa demasiado el hecho de tener que hacer yoga sí o sí, a lo mejor no pasa nada si te saltas algunas sesión de vez en cuando. El yoga también es desapego.
Imagen: https://twitter.com/LaCasaDelRam/status/1013784716032598017
Quiero Aprender Yoga
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