El hombre ingresó con pasos vacilantes. Luego, parado, frente a la “”Dolorosa” la contempló un instante. Pero ésta, mirándole piadosamente, parecía suplicarle alejara de su corazón el mal pensamiento que oscurecería su alma. Mateo vaciló. Pensó que nadie le veía, y seguro de sí mismo, diciéndose: “No hay más tiempo que perder” alargó su brazo y tomó el manto.
Sin embargo, el alma del hombre, a partir del siguiente día de haber cometido el acto horroroso, cuando caminaba por las calles, la gente decía que parecía una estatua viva, un ser cuyos ojos los tenía muertos.
Mateo, no pudiendo soportar aquél tormento grave que atizaba su conciencia. Una noche silenciosa como aquella vez, con pasos sigilosos retornó al lugar; mientras las ceras terminaban de consumirse lentamente en el candelero. Y desenvolviendo el rollo, sin mirar a la virgen, colocó nuevamente el manto azul en su lugar. Entonces la frigidez de sus ojos recién voló de sus negras pupilas, tornando la alegría en su alma. Porque al fin la noche negra había finalizado en su corazón.
Imagen: http://www.blogoteca.com/lunaticos/index.php?mes=9&ano=2010Texto: La noche negra es uno de los Cuentos cortos sobre el pecado escrito por Angel Javier Castro Sánchez, un cuento sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos. Fuente: http://www.encuentos.com/cuentos-cortos-espirituales/la-noche-negra-cuentos-cortos-sobre-el-pecado/
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