Hubo cierta vez un hombre que permanecía sentado debajo de un árol, riéndose histéricamente todo el día. La gente de su publo le tomó por loco y le dejó más o menos solo. No obstante, un día, un individuo procedente de un pueblo vecino que observó este curioso comportamiento le preguntó por qué se reía tanto. El hombre le miró y respondió alegremente:
-Me alegra que me lo preguntes. ¿Sabes por qué me río tanto? Porque le he sacado a Dios lo mejor.
-¿De que hablas? -Le preguntó el otro, asombrado ante tal declaración.
Él alborozado, le respondio:
-Hice con Dios este trato: le dije que le daría todo lo que poseía; y, ¿sabes?, no poseo gran cosa, una casita pequeña y nada más. Bien, yo sabía que si le daba a Dios todo lo que tenía, Dios me daría a mí todo lo que Él poseía. Ahora bien, ¿quién ha salido mejor en el trato?
Texto: Moderno Manual de Yoga de Vijay Hassin
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